miércoles, abril 16, 2008

Cancion de espera

Y aquí estoy, como un poeta con la hoja en blanco
con el presentimiento de que escribirá
su poema más importante.

Con el pecho inflado por sueños gigantes
practicando mi nuevo deporte
que es imaginarte.

Lleno de desvelos de madrugada,
con tu sonrisa acusada de interrumpir mis noches
con el más real de todos mis sueños.

Pasando por alto nuestras dudas
burlándome inocente de los prejuicios
asumiendo valiente lo que será extrañarte
pero con la alegría de poder hallarte.


Declarado loco por mis miedos viejos
culpable confeso de querer amarte,
pero declarado santo por un amor heroíco,
que está tramando una historia épica.


Siendo tan sincero que me desarma el miedo
y tan curioso que me no aguanto el tiempo
no puedo sino decirte, que de todas formas
seguiré aquí, con la esperanza plantada
en mi propia espera, dispuesto a luchar valiente
contra el tiempo indolente.

sábado, abril 12, 2008

Más que una historia

¿Crees en el destino?, me preguntaste... Creo en la magia te respondí. Y silenciosamente sin escucharnos, ni vernos, caímos rendidos ante lo que sucede cuando la magia y el destino convergen acercando dos vidas sospechosamente lejanas pero esperanzadoramente cercanas. No sé si realmente el futuro nos tiene en sus planes, quien sabe si pasa lo que dos queremos que pase, si nuestros dos corazones se saldrán con la suya y pasen por alto los prejuicios de las miradas, pero de todas formas, y con la autoridad que me da la aventura, declaro ésta una historia única y extraordinaria, Una historia llena de sueños nacidos de palabras nerviosas y preguntas curiosas, hechas en un idioma que solo puede ser descifrado por nuestras propias ansias. Una historia que no necesita de miradas para tener imágenes, donde el sentimiento es la distancia más corta y donde nuestras manos se juntan con solo imaginarlo.

Una historia que aunque acabe con la última luz de este día, se las arreglara para vivir para siempre, porque aunque la frivolidad del físico la dé por finalizada, de todas formas existirá en la esperanza y estará siempre llana a levantarse de las cenizas y dejar en claro que aunque caiga tumbada por la falsedad de las apariencias, se pudo erguir pura y fuerte, como un lindo capitulo que el mismo destino se encargo de escribir y que la magia se encargo de darle vida.

Sabes, sí, creo en el destino…y espero que él crea en nosotros.

sábado, abril 05, 2008

El inicio de un nuevo inicio

Solo el golpeteo inconstante y antojadizo de la persiana en el marco de la ventana me recuerda de alguna forma que debo salir del último sueño y decidirme a atravesar, de una vez, y dejando de lado la inercia, los millones de kilómetros que alejan mi cama de la ducha.

Los amaneceres de marzo se burlan de mí con sus imprudentes rayos de sol, se hacen presentes invasivos pero comprensivos de mi estado de letargo. Son una metáfora acertada de los propios amaneceres de mi vida, esos que aparecen de vez en cuando revitalizantes, a terminar la agonía de épocas de sombra. Que asoman a la vuelta de agitadas esquinas, cuando la esperanza está encarcelada en nuestro propio pesimismo.

Amaneceres que curan heridas de guerras necesarias con mujeres no tanto, amaneceres que hacen crecer sonrisas en terrenos erosionados por la costumbre aplastante que produce el miedo a dar el paso más largo. Es la vida que me pide su parte del trato para escribir la última letra del capitulo, me mira con su odiosa mirada desafiante y me invita a darle el golpe de gracia a la cobardía, desacostumbrarme a la costumbre, y que ella se desacostumbre de mí, haciéndome cargo del dolor que queda, sufrir lo último para no sufrir en este nuevo principio. Ser valiente, y llorar para serlo más, abrir la cortina al nuevo día que nace niño, atesorar errores añejos en el cofre sobre tu velador y abrirlos solo con la llave de una conversación de amigos cómplices.


Este marzo me trae días sin horas y horas sin minutos, me trajo tiempo sin tiempo, me trajo sueños ausentes y llantos sin lágrimas, como quemando los restos de otra vida ya difunta y abriendo la puerta pesada a un camino desconocido para darle una oportunidad a la sonrisa que a veces reprimo, escuchar con paciencia aquel sueño ignorado, alimentar con un poco de amor ese sexo huérfano o quizás darme el animo para revivir aquella planta seca en la esquina asoleada de mi balcón.